viernes, 8 de febrero de 2013

Que el camino salga a tu encuentro. Que el viento siempre esté detrás de ti y la lluvia caiga suave sobre tus campos. Y hasta que nos volvamos a encontrar, que Dios te sostenga suavemente en la palma de su mano. Que vivas por el tiempo que tú quieras, y que siempre quieras vivir plenamente.
Recuerda siempre olvidar las cosas que te entristecieron, pero nunca olvides recordar aquellas que te alegraron. Recuerda siempre olvidar a los amigos que resultaron falsos, pero nunca olvides recordar a aquellos que permanecieron fieles. Recuerda siempre olvidar los problemas que ya pasaron, pero nunca olvides recordar las bendiciones de cada día. Que el día más triste de tu futuro no sea peor que el día más feliz de tu pasado.
Que nunca caiga el techo encima de ti y que los amigos reunidos debajo de él nunca se vayan. Que siempre tengas palabras cálidas en un anochecer frío, una luna llena en una noche oscura, y que el camino siempre se abra a tu puerta.
Que vivas cien años, con un año extra para arrepentirte. Que el Señor te guarde en su mano, y no apriete mucho su puño. Que tus vecinos te respeten, los problemas te abandonen, los ángeles te protejan, y el cielo te acoja. Y que la fortuna de las colinas irlandesas te abrace.
Que las bendiciones de San Patricio te contemplen. Que tus bolsillos estén pesados y tu corazón ligero. Que la buena suerte te persiga, y cada día y cada noche tengas muros contra el viento, un techo para la lluvia, bebidas junto al fuego, risas para que te consuelen aquellos a quienes amas, y que se colme tu corazón con todo lo que desees. Que Dios esté contigo y te bendiga, que veas a los hijos de tus hijos, que el infortunio te sea breve y te deje rico en bendiciones. Que no conozcas nada más que la felicidad. Desde este día en adelante, que Dios te conceda muchos años de vida, de seguro Él sabe que la tierra no tiene suficientes ángeles.
Oración de Paz San Francisco de Asís
Señor, hazme un instrumento de tu paz;
donde haya odio, ponga amor;
donde hay ofensa, perdón;
donde hay duda, fe;
donde hay desesperanza, esperanza;
donde hay tinieblas, luz;
donde hay tristeza, alegría.
Oh Divino Maestro,
que no busque yo tanto.
Ser consolado como consolar.
Ser comprendido como comprender.
Ser amado como amar.
porque dando se recibe.
Perdonando se es perdonado.
Y muriendo a si mismo
se nace a la vida eterna.

miércoles, 6 de febrero de 2013


 

 

 

LIBÉRATE DE TU MENTE

 

La buena nueva es que puedes liberarte de tu mente, que es la única verdadera liberación. Y puedes dar el primer paso ahora mismo.

 

EMPIEZA POR ESCUCHAR LA VOZ QUE HABLA DENTRO DE TU CABEZA, y hazlo tan frecuentemente como puedas. Presta una atención especial a cualquier patrón de pensamiento repetitivo, a esos viejos discos de gramófono que pueden haber estado dando vueltas en tu cabeza durante años.

 

Esto es lo que llamo «observar al pensador», que es otra manera de decir: escucha la voz dentro de tu cabeza, mantente allí como presencia que atestigua.

 

Cuando escuches la voz, hazlo imparcialmente. Es decir, no juzgues. No juzgues ni condenes lo que oyes, porque eso significaría que la misma voz ha vuelto a entrar por la puerta de atrás.

 

Pronto te darás cuenta de esto: la voz está allí y yo estoy aquí, observándola. Esta comprensión Yo soy, esta sensación de tu propia presencia, no es un pensamiento. Surge de más allá de la mente.

 

Así, cuando escuchas un pensamiento, no sólo eres consciente del pensamiento, sino también de ti mismo como testigo del pensamiento. Ha hecho su aparición una nueva dimensión de conciencia.

 

CUANDO ESCUCHAS EL PENSAMIENTO, sientes como si hubiera una presencia consciente —tu yo profundo— por debajo o detrás de él. De este modo el pensamiento pierde su poder sobre ti y se disuelve rápidamente, porque ya no energetizas tu mente mediante la identificación con ella. Es el principio del fin del pensamiento compulsivo e involuntario.

 

Cuando el pensamiento se aquieta, experimentas una discontinuidad en la corriente mental, una brecha de «no-mente». Al principio las brechas serán cortas, tal vez duren unos segundos, pero gradualmente se irán prolongando. Cuando ocurren estas discontinuidades, sientes cierta quietud y paz dentro de ti. Es el principio del estado natural de sentirte unido al Ser, generalmente nublado por la mente.

 

Con la práctica, la sensación de quietud y de paz se va ahondando. De hecho, esa profundidad no tiene fin. También sentirás una sutil emanación de alegría elevándose desde lo más hondo de ti: la alegría de Ser.

 

En este estado de conexión interna estás mucho más alerta, más despierto que en el estado de identificación mental. Estás plenamente presente. Y también se eleva la frecuencia vibratoria del campo energético que da vida al cuerpo físico.

 

A medida que profundizas en este reino de la no-mente, como a veces se le denomina en Oriente, vas alcanzando el estado de conciencia pura. En ese estado sientes tu propia presencia con tal intensidad y alegría que, en comparación, todo pensamiento, toda emoción, tu cuerpo físico y todo el mundo externo se vuelven relativamente insignificantes. Sin embargo, no es un estado de egoísmo, sino de desprendimiento y generosidad. Te lleva más allá de lo que pensabas que era «tu identidad». Esa presencia es esencialmente tú, y al mismo tiempo es inconcebiblemente mayor que tú.

 

EN LUGAR DE «OBSERVAR AL PENSADOR», también puedes crear una apertura en la corriente mental por el simple hecho de dirigir el foco de tu atención al ahora. Basta con que te hagas intensamente consciente del momento presente.

 

Esto es algo por demás satisfactorio. De este modo retiras la conciencia de tu actividad mental y creas una brecha sin mente en la que estás muy alerta y consciente, pero no piensas. Ésta es la esencia de la meditación.

 

En TU VIDA COTIDIANA puedes practicar esto tomando cualquier actividad rutinaria, que habitualmente sólo es un medio para un fin, y darle toda tu atención para que se convierta en un fin en sí misma.

 

Por ejemplo, cada vez que subas o bajes las escaleras en tu casa o en tu puesto de trabajo, presta mucha atención a cada escalón, a cada movimiento, incluso a tu respiración. Mantente totalmente presente.

 

O cuando te laves las manos, presta atención a todas las percepciones sensoriales asociadas con esa actividad: el sonido y la sensación del agua, el movimiento de tus manos, el aroma del jabón, etc.

 

O cuando entres en tu coche, después de cerrar la puerta, detente durante unos segundos y observa el flujo de tu respiración. Toma conciencia de una silenciosa pero intensa sensación de presencia.

 

Hay un criterio que te permite medir el éxito logrado en esta práctica: el grado de paz que sientas en tu interior.

 

El paso más vital en tu camino hacia la iluminación es éste: aprende a no identificarte con tu mente. Cada vez que creas una apertura en el flujo mental, la luz de tu conciencia se fortalece.

 

Puede que un día te sorprendas sonriendo a la voz que suena en tu cabeza como sonreirías a las travesuras de un niño. Esto significa que has dejado de tomarte el contenido de tu mente tan en serio, y que tu sentido de identidad ya no depende de él.

 

Eckhadt Tolle

domingo, 3 de febrero de 2013

Expresar gratitud durante los retos de la vida

Es relativamente fácil sentir gratitud cuando ocurren cosas buenas y nuestra vida se desarrolla tal como deseamos; incluso en esos momentos solemos darlo todo por descon­tado. Es muy bueno dedicar unos instantes a expresar nuestra gratitud y aprecio a otras personas, a la Tierra, a nuestro poder superior, a la vida.

Bastante más difícil es expresar gratitud cuando esta­mos pasando por un periodo malo o la vida no nos va como creemos que debería irnos. En esas ocasiones, lo más probable es que nos sintamos dolidos, confundidos o resentidos, lo cual es perfectamente natural. La gratitud es lo último en que se nos ocurre pensar en esos momentos. Ha habido ocasiones en mi vida en que he sentido unos tremendos deseos de levantar el puño hacia el Universo preguntando por qué me ha pegado ese cruel golpe.
...
De todos modos, es interesante cómo después de pasar por momentos difíciles, al mirar atrás sole­mos ver que había algo importante y necesario en esa expe­riencia. Es posible que no lleguemos a verlo hasta que hayan pasado meses o incluso años, pero finalmente nos damos cuenta de que aprendimos una importante lección, nuestra sabiduría se hizo más profunda, hubo un desper­tar, o tal vez se nos abrió una nueva puerta a consecuencia de los acontecimientos que nos parecieron tan negativos en el momento.

Por ejemplo, la pérdida de un trabajo puede habernos llevado a una curación espiritual o emocional. El fin de una relación puede habernos dado la oportunidad de descubrir que necesitábamos un tiempo de soledad, o tal vez nos des­pejó el camino para una relación más satisfactoria. En ese momento podríamos comenzar a sentimos agradecidos de que la vida se haya desplegado como lo hizo.

A los momentos dolorosos de la vida yo los llamo «cri­sis de curación». Dejamos atrás algo viejo y nos abrimos a algo nuevo. Con frecuencia esto sucede porque nuestra conciencia ha aumentado y por lo tanto ya no podemos vivir de la antigua forma. A veces nos enfrentamos con un cambio necesario que debemos hacer en nuestro interior y/o en nuestra vida. Hay un proceso de duelo o aflicción por el que debemos pasar cuando dejamos algo a lo que hemos estado aferrados. Hemos de permitirnos sentir el miedo y la tristeza, y también recordarnos que en esa expe­riencia hay un regalo que sencillamente no vemos todavía.


Así pues, si en estos momentos estás pasando por una crisis de curación, busca todo el amor y el apoyo que pue­das y date permiso para experimentar plenamente todos los sentimientos que surjan. Pide que el regalo de esta experiencia se te revele tan pronto como estés preparada (o preparado) para él. Y ten presente que cuando pase un tiempo y hayas adquirido perspectiva, nuevamente sentirás gratitud por el increíble viaje de tu vida.
Cuando hablamos de vibración, nos estamos refiriendo a la esencia de tu experiencia, puesto que todo se basa en la vibración. Podríamos utilizar indistintamente la palabra Energía, y también hay muchos otros sinónimos en tu vocabulario que se podrían aplicar correctamente.

La mayoría entienden las características vibratorias del sonido. A veces cuando las notas graves, profundas y ricas, de algún... instrumento musical se tocan con fuerza, puedes sentir la naturaleza vibratoria del sonido.

Queremos que entiendas que cuando "oyes" algo, estas interpretando la vibración del sonido que estas escuchando. Lo que escuchas es tu interpretación, lo que oyes es tu interpretación única, de esa vibración. Cada uno de tus sentidos físicos de ver, oír, degustar y tocar existen porque todo en el Universo vibra con ellos, leen las vibraciones y te dan una percepción sensorial de ellas.

Cuando empiezas a entender que vives en un Universo pulsatil y vibratorio de armónicos avanzados, y que en la propia esencia de tu Ser estas vibrando en lo que solo podría describirte como percepción en equilibrio y armonía vibratorios, empiezas a comprender la vibración del modo en que estamos proyectando.

Todo lo que existe, en tu aire, tierra y cuerpo es vibración en movimiento, y todo lo dirige la poderosa Ley de la Atracción.

No podrías ordenarlo aunque quisieras. Ni tampoco es necesario porque la Ley de la Atracción se encarga de ello, siempre esta uniendo vibraciones similares, a la vez que repele las que no se asemejan.

Tus emociones, que en realidad son las mas poderosas de tus seis interpretes vibratorios físicos, te están ofreciendo constantemente una respuesta a los armónicos de tus pensamientos actuales (vibraciones), a la vez que los comparan con los armónicos de tu estado vibratorio esencial.

El mundo No-Físico es vibración.
El mundo físico que conoces es vibración.
No existe nada externo a esta naturaleza vibratoria.
No hay nada que no este bajo la Ley de la Atracción.
Comprender la vibración te ayudara a unir conscientemente ambos mundos.

No es necesario que entiendas como funciona tu complejo nervio óptico o tu corteza visual para que puedas ver. No tienes que entender la electricidad para encender la luz, ni has de entender las vibraciones para sentir la diferencia entre la armonía o la discordia.

A medida que aprendes a aceptar tu naturaleza vibratoria y empiezas a utilizar conscientemente tus indicadores vibratorios emocionales, vas adquiriendo el control consciente de tus creaciones personales y de los resultados de tu experiencia de vida.


Siempre que siento la abundancia, esta fluye hacia mi.

Cuando realizas la correlación consciente entre lo que has estado sintiendo y lo que esta sucediendo en tu experiencia de la vida, tienes el poder para hacer cambios. Si no puedes hacer esa correlación y sigues emitiendo pensamientos de escasez respecto a lo que deseas, las cosas que quieras seguirán eludiendote.

Muchas veces, la gente que no entiende esto empieza a asignar poder a las cosas externas a ellas para explicar por que no medran como les gustaría: "No prospero porque nací en un entorno inapropiado. No prospero porque mis padres no prosperaron y no pudieron enseñarme como hacerlo. No prospero porque esas otras personas están prosperando y me están quitando los recursos que deberían ser míos. No prospero porque me estafaron, porque no me lo merezco, porque no viví de la forma correcta en mi vida anterior, porque mi Gobierno no respeta mis derechos, porque mi esposo/a no cumple con su parte... Porque, porque, porque".

Nosotros queremos recordarte que tu falta de "prosperidad" no es solo porque estas ofreciendo una vibración que difiere de la vibración de la prosperidad. No puedes sentirte pobre (emitir una vibración de pobreza) y medrar. La abundancia no podrá encontrarte a menos que ofrezcas una vibración de abundancia .

Muchos preguntan: "Pero, si ahora no estoy prosperando, ¿Como puedo ofrecer una vibración de prosperidad? ¿No es necesario que prospere antes de emitir una vibración de prosperidad?".

No cabe duda de que es mas fácil mantener una condición de prosperidad cuando ya la estas experimentando, porque lo único que has de hacer es observar lo bueno que viene hacia ti, y esa misma observación hará que siga fluyendo. Pero si estas observando la ausencia de lo que deseas, has de encontrar la forma de sentir su esencia -incluso antes de que llegue-, o no podrá llegar.

No puedes dejar que tu ofrenda vibratoria llegue solo como respuesta a lo-que-es y luego cambiar lo-que-es. Has de encontrar la manera de sentir entusiasmo o la satisfacción por los sueños que todavía no se han realizado, para que estos se puedan hacer realidad. Busca el modo de imaginar deliberadamente un escenario para el propósito de emitir una vibración y para que la Ley de la Atracción pueda acoplarla a una manifestación en la vida real...

Cuando pides la manifestación antes que la vibración, estas pidiendo lo imposible. Cuando estas dispuesto a emitir la vibración antes de la manifestación, todo es posible.

Es la Ley.

 

 

 

LIBÉRATE DE TU MENTE

 

La buena nueva es que puedes liberarte de tu mente, que es la única verdadera liberación. Y puedes dar el primer paso ahora mismo.

 

EMPIEZA POR ESCUCHAR LA VOZ QUE HABLA DENTRO DE TU CABEZA, y hazlo tan frecuentemente como puedas. Presta una atención especial a cualquier patrón de pensamiento repetitivo, a esos viejos discos de gramófono que pueden haber estado dando vueltas en tu cabeza durante años.

 

Esto es lo que llamo «observar al pensador», que es otra manera de decir: escucha la voz dentro de tu cabeza, mantente allí como presencia que atestigua.

 

Cuando escuches la voz, hazlo imparcialmente. Es decir, no juzgues. No juzgues ni condenes lo que oyes, porque eso significaría que la misma voz ha vuelto a entrar por la puerta de atrás.

 

Pronto te darás cuenta de esto: la voz está allí y yo estoy aquí, observándola. Esta comprensión Yo soy, esta sensación de tu propia presencia, no es un pensamiento. Surge de más allá de la mente.

 

Así, cuando escuchas un pensamiento, no sólo eres consciente del pensamiento, sino también de ti mismo como testigo del pensamiento. Ha hecho su aparición una nueva dimensión de conciencia.

 

CUANDO ESCUCHAS EL PENSAMIENTO, sientes como si hubiera una presencia consciente —tu yo profundo— por debajo o detrás de él. De este modo el pensamiento pierde su poder sobre ti y se disuelve rápidamente, porque ya no energetizas tu mente mediante la identificación con ella. Es el principio del fin del pensamiento compulsivo e involuntario.

 

Cuando el pensamiento se aquieta, experimentas una discontinuidad en la corriente mental, una brecha de «no-mente». Al principio las brechas serán cortas, tal vez duren unos segundos, pero gradualmente se irán prolongando. Cuando ocurren estas discontinuidades, sientes cierta quietud y paz dentro de ti. Es el principio del estado natural de sentirte unido al Ser, generalmente nublado por la mente.

 

Con la práctica, la sensación de quietud y de paz se va ahondando. De hecho, esa profundidad no tiene fin. También sentirás una sutil emanación de alegría elevándose desde lo más hondo de ti: la alegría de Ser.

 

En este estado de conexión interna estás mucho más alerta, más despierto que en el estado de identificación mental. Estás plenamente presente. Y también se eleva la frecuencia vibratoria del campo energético que da vida al cuerpo físico.

 

A medida que profundizas en este reino de la no-mente, como a veces se le denomina en Oriente, vas alcanzando el estado de conciencia pura. En ese estado sientes tu propia presencia con tal intensidad y alegría que, en comparación, todo pensamiento, toda emoción, tu cuerpo físico y todo el mundo externo se vuelven relativamente insignificantes. Sin embargo, no es un estado de egoísmo, sino de desprendimiento y generosidad. Te lleva más allá de lo que pensabas que era «tu identidad». Esa presencia es esencialmente tú, y al mismo tiempo es inconcebiblemente mayor que tú.

 

EN LUGAR DE «OBSERVAR AL PENSADOR», también puedes crear una apertura en la corriente mental por el simple hecho de dirigir el foco de tu atención al ahora. Basta con que te hagas intensamente consciente del momento presente.

 

Esto es algo por demás satisfactorio. De este modo retiras la conciencia de tu actividad mental y creas una brecha sin mente en la que estás muy alerta y consciente, pero no piensas. Ésta es la esencia de la meditación.

 

En TU VIDA COTIDIANA puedes practicar esto tomando cualquier actividad rutinaria, que habitualmente sólo es un medio para un fin, y darle toda tu atención para que se convierta en un fin en sí misma.

 

Por ejemplo, cada vez que subas o bajes las escaleras en tu casa o en tu puesto de trabajo, presta mucha atención a cada escalón, a cada movimiento, incluso a tu respiración. Mantente totalmente presente.

 

O cuando te laves las manos, presta atención a todas las percepciones sensoriales asociadas con esa actividad: el sonido y la sensación del agua, el movimiento de tus manos, el aroma del jabón, etc.

 

O cuando entres en tu coche, después de cerrar la puerta, detente durante unos segundos y observa el flujo de tu respiración. Toma conciencia de una silenciosa pero intensa sensación de presencia.

 

Hay un criterio que te permite medir el éxito logrado en esta práctica: el grado de paz que sientas en tu interior.

 

El paso más vital en tu camino hacia la iluminación es éste: aprende a no identificarte con tu mente. Cada vez que creas una apertura en el flujo mental, la luz de tu conciencia se fortalece.

 

Puede que un día te sorprendas sonriendo a la voz que suena en tu cabeza como sonreirías a las travesuras de un niño. Esto significa que has dejado de tomarte el contenido de tu mente tan en serio, y que tu sentido de identidad ya no depende de él.

 

Eckhadt Tolle