miércoles, 19 de diciembre de 2018

La meditación puede cambiar nuestro ADN Jennifer Delgado En el mundo occidental recién estamos descubriendo los beneficios y el alcance de la meditación. Por eso, no es extraño que en los últimos años numerosos neurocientíficos se hayan dedicado a evaluar el impacto de esta práctica en nuestro cerebro. Hoy sabemos que la meditación no solo nos ayuda a relajarnos y concentrarnos sino que también fortalece el sistema inmunitario y provoca cambios en el funcionamiento cerebral. Sin embargo, ahora un estudio realizado en la Universidad de Calgary desvela que la meditación también puede cambiar nuestro ADN. De hecho, en esta investigación se detectó un cambio en el tamaño de los telómeros, una especie de pequeño “tapón de protección” que se encuentra en el extremo de los cromosomas para evitar que estos se deterioren. Los telómeros también tienen otra función, actúan como un temporizador de la célula para marcar el número de divisiones celulares, por lo que cuando estos desaparecen, la célula se deteriora y muere. Lo interesante es que los telómeros más cortos están relacionados con una menor esperanza de vida y con enfermedades como el cáncer, las patologías cardíacas y la diabetes. Por tanto, si logramos mantener estas estructuras microscópicas en buen estado, lo notaremos en términos de salud. Hasta hace unos años se pensaba que los telómeros estaban destinados a acortarse paulatina e inexorablemente con el paso del tiempo. Sin embargo, un estudio realizado en 2008 en la Universidad de California encontró que el manejo del estrés, el ejercicio aeróbico y una dieta vegana tenían un impacto positivo en la longitud de los telómeros, tan solo tres meses después de empezar a aplicar estos cambios en el estilo de vida. En aquel momento, los investigadores concluyeron que cambios positivos en el estilo de vida aumentan la actividad de la telomerasa y, por ende, se produce un alargamiento natural de los telómeros, protegiéndonos así de muchas de las enfermedades que aparecen como resultado del deterioro físico. Meditar para vivir más y mejor Ahora un nuevo estudio vuelve a traer a colación la importancia de cuidar los telómeros, esta vez de la mano de la meditación consciente. En este experimento los investigadores trabajaron con 88 mujeres que habían sobrevivido a un cáncer de mama. Estas fueron divididas en tres grupos: 1. El primer grupo se sometió a un programa de recuperación del cáncer de 8 semanas que consistía en la meditación consciente y yoga. 2. El segundo grupo se sometió a 12 semanas de terapia de grupo en las que compartieron las emociones difíciles y se fomentó el apoyo social. 3. El tercero fue un grupo de control, que solo recibió un curso de manejo de estrés de 6 horas. Los investigadores analizaron la sangre de las participantes, antes y después de la intervención, para medir la longitud de los telómeros. Curiosamente, en las personas que practicaron la meditación y el yoga los telómeros se mantuvieron intactos, pero en el grupo de control siguieron su curso natural, se acortaron. Esto indica que la meditación puede detener la degeneración de las células que está programada en nuestro ADN. Como colofón, vale aclarar que este no es el primer estudio que vincula la meditación con los cambios moleculares en nuestra constitución biológica. En 2014 un estudio realizado en la Universidad de Wisconson-Madison analizó a 40 personas, 19 de las cuales practicaban meditación. Los investigadores descubrieron que su ADN tenía algunas diferencias a nivel genético y molecular. Básicamente, las personas que meditaban mostraban una reducción de la actividad de los genes pro-inflamatorios, los cuales están relacionados con la aparición de múltiples enfermedades graves, entre ellas el cáncer. Por supuesto, se trata de estudios pequeños, por lo que habrá quienes señalen que la muestra no es representativa. Es posible. Sin embargo, los beneficios de la meditación son tantos que vale la pena incluirla en nuestra rutina cotidiana, sobre todo porque no tiene efectos adversos. No obstante, también debemos recordar que no se trata de una panacea ni de un remedio contra todos los males, sino tan solo de una herramienta más para proteger nuestra salud física y mental. Si os animáis, aquí tenéis 7 ejercicios de meditación mindfulness que puedes hacer a lo largo del día. Fuentes: Carlson, L. E. et. Al. (2015) Mindfulness-based cancer recovery and supportive-expressive therapy maintain telomere length relative to controls in distressed breast cancer survivors. Cancer; 121(3): 476-484. Kaliman, P. et. Al. (2014) Rapid changes in histone deacetylases and inflammatory gene expression in expert meditators. Psychoneuroendocrinology; 40: 96-107. Ornish, D. et. Al. (2008) Increased telomerase activity and comprehensive lifestyle changes: a pilot study. Lancet Oncol; 9(11):1048-1057.

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