En la vida los acontecimientos, hechos y circunstancias suceden cotidianamente sin que tengamos realmente un estricto control sobre ellos. Sin embargo, tenemos la opción de elegir cómo procesarlos.
Si lo hago con amor experimentaré paz. Si abrigo resentimientos me sentiré en conflicto.
Siempre que me siento mal es señal inequívoca que he elegido erróneamente, basándome en juicios y creencias personales.
Consideremos aquí una constante presente en toda situación: nadie tiene la verdad absoluta; por lo tanto siempre hay otra manera de ver las cosas.
Nos encontramos entonces frente a dos opciones: elegir vivir en paz por sobre cualquier hecho o circunstancia o, vivir ese hecho o circunstancia con sufrimiento, dolor y, en conflicto. En eso consiste nuestra elección.
Una vez tomada la decisión los medios para resolver cualquier situación nos vendrán dependiendo de la elección asumida.
Esto es, si elijo paz veré mil evidencias que la confirmen.
Si elijo justificar mi resentimiento el conflicto se prolongará y cada vez tendré más razones para continuar en él.
Tenemos libre albedrío, eliges paz o conflicto? El universo avalará tu decisión sin importar cuál sea.
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